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INQUISICIÓN Instrumentos de Tortura y pena Capital DESDE Es un grave error considerar como un único hecho histórico, una costumbre de tiempos pasados y de determinados lugares, un procedimiento codificado y racionalizado que los poderes seculares y eclesiásticos infligían según preceptos superados ahora a través de la evolución social, política y moral. Estas ilusiones reconfortantes adormecen la conciencia colectiva y entorpecen la vigilancia contra un peligro real y omnipresente, incluso entre nosotros. En realidad, la tortura no conoce épocas, no requiere procedimientos particulares, ni ambientes, ni medios especiales, y no deriva de la voluntad del poder, tanto secular como religioso. Hace sufrir a otras criaturas vivientes, y en especial a otros seres humanos, es una necesidad irresistible que parece innata en la mayoría de los seres humanos del sexo masculino –característica que los distingue de los animales feroces- y que cada uno satisface en diferentes medidas: desde el buen padre de familia que con malicia y astucia causa congoja, y a menudo sufrimientos peores, a su mujer e hijos, hasta el profesional de la tortura policíaca-política. No es S6lo en base a esta consideración se puede colocar en su justa perspectiva la naturaleza y la historia de la tortura. Es evidente que a través del dolor lacerante se puede arrancar cualquier confesión, testimonio o conversión. El hereje mutilado en el banco del suplicio no no volverá al seno de Por esto, siempre ha habido apologistas de la tortura, doctos sabios que a través de los siglos han inventado, casi siempre en nom6re de Cristo, justificaciones jurídicas, morales y doctrinales. Muy pronto fue comprobado que un solo indicio de penitencia y de deseo de abrazar la verdadera fe, aunque fuese arrancado con el látigo y con la hoguera, salvaba el alma del hebreo, del hereje o del apóstata del infierno, de otra forma inevitable, e impedía a otros débiles de fe caer en el mismo peligro. Así, las grandes hogueras, en las que se quemaban vivos a decenas de malcreyentes, eran alegres fiestas con música, corte y danzas ceremoniales en las plazas, se llamaban -autos de fe-, es decir actos de fe, y se consideraban del agrado de Nuestras nociones convencionales de historia no consideran casi nunca estas cosas. La escuela no habla de ello -al máximo algunos textos hacen alusiones, pero sin culpar a EL AUTOR Robert Held ex neoyorquino, vive en Toscana (Italia) desde 1961, pero con paréntesis frecuentes en Inglaterra yAlemania. Es el redactor jefe de la editorial bilingüe Qua dÁrno de Florencia, y autor de gran cantidad de estudiosy li6ros so6re la historia de las armas de fuego, 1400-1875, en inglés e italiano. Ha aceptado escribir esta Guía porque su postura antitortura y anti-pena-de-muerte coincide con la de los organizadores de la exposición. Instrumentos Europeos de Tortura, de INSTRUMENTOS DE HUMILLACIÓN PÚBLICA Con estos aparatos se castigaban infracciones menores y se exponía a las víctimas al escarnio de la multitud, que a! ver a alguien con tal artefacto, lo hacía objeto de ofensas físicas y verbales. Entre los instrumentos que se presentan en esta muestra destacan las Máscaras Infamantes, que se imponían a quienes habían manifestado su descontento hacia el orden establecido, contra las convenciones vigentes. Pero tas víctimas preferidas eran aquellas mujeres que se rebelaban contra la esclavitud doméstica o los continuos embarazos, es decir, contra el despotismo de los hombres. Otro instrumento de humillación pública era el Cepo, con e! que se exponía en las plazas a la víctima con las manos y los pies aprisionados en las aberturas correspondientes. La chusma castigaba al delincuente golpeándolo, embadurnándolo con cuánto quisiera, o aplicándole cosquillas en manos y pies, cuando no mutilándolo. Quienes blasfemaban o pronunciaban palabras soeces eran torturados con LOS APARATOS PARA TORTURAR Estos artefactos tenían como finalidad infligir un largo tormento, que no necesariamente debía culminar con lamuerte de la persona, aunque a veces ello ocurriera por la severa infección de las heridas ocasionadas o como consecuencia lógica y natura! de la tortura. Destaca entre estos instrumentos Un utensilio básico para el inquisidor era No podemos dejar de destacar el ampliamente conocido Potro, cuya acción era el estiramiento o desmembramiento por medio de tensión longitudinal que se usó desde los tiempos de las antiguas Babilonia y Egipto, y que el conquistador utilizó en. América Central contra indígenas, INSTRUMENTOS DE PENA CAPITAL Su función única era la eliminación de la victima, generalmente después de un doloroso tormento. En esta categoría hay que ubicar a Así, la guillotina es un símbolo de la igualdad, y de De los instrumentos incluidos en. esta muestra, el garrote es el que se ha empleado públicamente hasta nuestros días. Existen dos versiones: “la española, en la cual el tornillo hace retroceder el collar de hierro, matando a la víctima por asfixia; y “la catalana“, en la cual un punzón de hierro penetra y rompe las vértebras cervicales al mismo tiempo que empuja todo el cuello hacía adelante, aplastando la tráquea contra el collar fijo, con lo cual la víctima perecía tanto por asfixia como por lenta destrucción de la medula espinal. El Aplastacabezas es un aparato diabólico que todavía se usa de manera clandestina. El procedimiento consistía en colocar la barbilla de la víctima en la barra inferior, en tanto que el casquete era empujado hacia abajo por el tornillo. El final es predecible. INSTRUMENTOS DE TORTURA CONTRA MUJERES Decidimos hacer una categoría especial porque los archivos europeos demuestran que durante tres siglos y medio, alrededor del 85% de las víctimas de tortura y de muerte en la hoguera fueron mujeres. Acusadas de brujas o de diferentes crímenes se diseñaron aparatos para ser utilizados contra las féminas. Pinzas y Tenazas, usadas en frío, pero casi siempre al rojo vivo, se destinaban para lacerar o arrancar pezones, pero según la creatividad del verdugo, también podía utilizarse para otras partes del cuerpo. Respecto del Cinturón de Castidad existe la discusión de si es o no un instrumento de tortura. La respuesta es un sí rotundo, en virtud de que las mujeres debían colocárselo, no para salvaguardar su castidad en ausencia del esposo -como reza la creencia popular- sino para evitar la violación en épocas de acuartelamiento de soldados en las ciudades y durante estancias nocturnas en posada cuando viajaban. Si bien el cinturón se colocaba sólo durante períodos breves, ¿puede existir mayor humillación, mayor ultraje al cuerpo y al espíritu, impuesto por el temor del macho, por el temor de sufrir a causa de la agresividad masculina? LISTA DE OBJETOS QUE SE EXPONEN
Lector, si hallas algo que te ofenda en este modestísimo librito, no te maravilles, Porque Divino y no humano, es lo que no tiene falta. De la portada de algunos libros toscanos de principios del siglo XVIL. |
domingo, 24 de abril de 2011
Instrumentos de Tortura y Pena Capital
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